Hace años recuerdo un amigo mío que a sus 18 años, me llamó porque quería contarme una cosa urgente. Su padre se había comprado un Porsche semanas atrás y se había ido de viaje esa semana. «¿y…? – le pregunte. «tenía tantas ganas de montar y conducirlo que me animé y salí con él a dar una vuelta». «¿y…?- le volví a preguntar. «Pues… que le he dado un golpe al aparcar y no sé cómo decírselo ahora». Me va a matar…. 

Desde hace varios años estaba viendo cómo el mundo digital invadía sin carta de presentación  más y más nuestro mundo sin darnos cuenta y sin tomar medidas. Estaba viendo cómo estaba entrando sin permiso pero sin pausa. Lo veíamos como un juego, con un uso muy indiscriminado  sin ver todo el horizonte que se abría. Sin tomar conciencia de ello. 

Todavía sigue siendo un gran desconocido. La digitalización y el mundo digital es un recurso extraordinario que tiene múltiples salidas y múltiples respuestas. Pero podemos actuar como mi amigo del Porsche, que sin conocer todas las posibilidades de la digitalización, hacemos un uso muy sesgado de todas las posibilidades que tiene. Y por ello, nos podemos dar un «buen tortazo». 

Mi amigo se asustó del golpe que tuvo con el coche y decidió aprender con su padre a conducir el Porsche. Eso es lo que hace falta ahora. No es suficiente saber usar internet, redes sociales, correos, páginas web… Debemos ser expertos y profesionales en el mundo digital que se nos presenta y conducir este espectacular «Porsche» con destreza para sacarle el máximo partido. 

Creo que es una apuesta necesaria en nuestro mundo actual que atónitos se quedan viendo cómo esta realidad solo saben gestionarlas algunas personas formadas. 

Un reto y un compromiso. Un sueño y una realidad que nos demanda aceptar y  convivir día a día, pero nos exige que estemos muy bien preparados. 

Sí. Yo creo en todas posibilidades del trabajo y de la transformación digital de la empresa. Pero no por ello dejo de creer en que debemos al mismo tiempo humanizar lo digital y no dejar a las personas en el último lugar. Lo digital no está reñido con la persona. Al contrario, ahora más que nunca deben vivir unidos el hombre y lo digital. 

 

Autor: José María Castón López.